SAR, vertiginoso viaje a la oscuridad neoclásica
Nos disponíamos a vivir el último show del año en MiBar, con las expectativas altas ya que se avecinaba una noche que se anunciaba como La Última Devastación del Año, y luego de lo vivido creo que fue el nombre perfecto para la velada
La noche comenzaba con SAR que en su setlist presentó gran parte de su álbum Neoclassical Instrumental Dark (2020), y por supuesto, trabajos realizados en sus anteriores EP.
Ver a SAR en vivo es asistir a una clase de virtuosismo y teoría musical; Abordando pasajes que recuerdan la música clásica hasta los pesados riffs del Metal; Es como viajar hacia lo elemental de la música, entender la técnica de cada instrumentos, y dejarse llevar por los solos que nos trasladan a diferentes épocas de la historia humana, y por qué no, del tiempo y el espacio. Siempre siendo guiados por el sonido vertiginoso de los solos de guitarra de Sergio Aravena, mentor y líder de la banda; La ecléctica mente que da vida a SAR.
Un publico hipnotizado ante la puesta en escena de SAR se hizo sentir al final de cada canción, con el fervor de los aplausos, que daban evidencia de que sus almas habían sido cautivadas por los sonidos neoclásicos, por las emociones que transmitía la música instrumental, y como siempre, gobernados por la oscuridad.
DEMONIAAAAAAAAC!!!
A continuación de la cátedra entregada por SAR, nos disponíamos a enfrentar la velocidad, la crueldad, la furia de Demoniac, y por lo demás otro estilo de virtuosismo, que sin previo aviso desatan la locura con Death Comes, de su primer LP, Intemperante (2017), que en cuestión de segundos comenzó a desconfigurar la mente de los asistentes, que coreaban las letras, los solos, y todo lo que sonaba.
Si se trataba de devastar, Demoniac superó las expectativas y entregó un show que dejó abatido a quienes estuvimos presentes. Un repaso sin piedad por su discografía, una puesta en escena que rebosaba de adrenalina, y un publico que recepcionaba cada tema como un himno de gloria, una victoria más en la rebelión del Metal.
Antes de que los asistentes dieran un suspiro para recuperar energía, Demoniac libera la furia de Veneno, penúltimo tema de Nube Negra, que logró elevar las almas a un estado de éxtasis metalero, y desde esa ubicación, entre el plano terrenal y oscuras dimensiones, deambulamos por lo más maldito y certero de Demoniac. Acordes melancólicos, que nos evocan la agonía de la existencia humana, la decadencia de una sociedad que actúa como rebaño, para pasar a riffs devastadores, que inyectan una sobre dosis de dopamina al espíritu, alma, yo, super yo, o lo que sea que tengamos dentro de nuestra existencia, para así encausarnos nuevamente en el sendero del Metal, el único camino para vivir en plenitud. Metal hasta la muerte!
Como ya es habitual, uno de los momentos culmines de Demoniac es cuando entra la melancolía de sus guitarras acústicas, ornamentadas con un desolado clarinete, que paulatinamente toma el protagonismo, para dar forma a Granada… MiBar explotó, si han visto a Demoniac en vivo, sabrán a lo que me refiero.
Y así, tema tras tema, coro tras coro, destripando humanos, haciendo a un lado la basura, entre melodías oscuras y repentinos mosh. Demoniac terminó por devastar lo que quedaba en pie de MiBar.
Una noche perfecta, un cierre de año 2 bandas que durante el 2023 han logrado consolidarse, y demostrar una vez más que el Metal chileno es el mejor del mundo.
Gracias a Demoniac y SAR por cerrrar un año con virtuosismo, creatividad y excelencia metalera.
