Durante los años ’90, en medio de mi etapa escolar, mi padre tuvo la fortuna de viajar fuera de Chile por temas laborales, oportunidad que yo aprovechaba para pasarle listas con nombres de bandas, con la intención de que encontrará esos discos donde sea que fuera. Mucho tiempo después me enteré que mi padre, no leía esa lista que yo le pasaba porque no entendía mi letra (que intentaba asemejarse a los logos de las bandas) y, en cada disqueria que entraba, lo único que hacía era preguntar por bandas de Metal que tuvieran cruces invertidas, fuego, diablos en sus portadas; Así fue como en uno de sus viajes me trajo de regalo un álbum que cumplía con todos los requisitos, letras que desprendían llamas, una cola de flecha ornamentando el nombre de la banda, la silueta de un murciélago y una gran cruz invertidas, por si quedaba alguna duda, todo en un fondo negro. Sí, Seven Churches, de Possessed, era aquel álbum que, con solo escucharlo una vez, nunca más dejó de sonar en mi mente.
Más de 30 años después logré ver a Possessed en vivo, por primera vez. Sí, por razones que en este momento no recuerdo, me perdí sus anteriores visitas; Pero, continuando con lo importante, lo ocurrido en sábado 1 de junio, de 2024, más allá del gran show de Metal, fue un homenaje a la perseverancia y al ímpetu de una de las leyendas vivientes del Metal
18:00 hrs. En punto, ya se presagiaba cómo se venía la jornada en las afueras de Teatro Cariola, más gente, que lo habitual, ya se aglomeraba cerca de las entradas, mientras se instalaban las rejas de contención, con seguridad reforzada. La tensa calma que nos abraza cada vez que enfrentamos a la muerte.
Blemish inicia la ceremonia metalera ejecutando su Black Metal con pulcritud y contundencia, entregando un sombrío espectáculo de Metal, a las primeras almas errantes que comenzaban a avistarse en el teatro.

Massacre, representando a la vieja escuela del Thrash, se subía al escenario a repasar sus clásicos del álbum Psychotic Redemption (LP, 2001), principalmente, demostrando que siguen vigentes y que la banda tiene mucho por entregar, tanto es así, que sus riffs ochenteros, con alto contenido de Thrash clásico, dieron inicio a los primeros mosh de la noche, ensalzando los espíritus de quienes llegan temprano a disfrutar el Metal Chileno.

¡Que muera el perro Jesús!
Necrodemon es como recibir el proyectil de un tanque a 5 cms. de distancia, una explosión de Death Metal, técnico y brutal a la vez, que deja quemaduras de tercer grado en tu piel y secuelas graves a nivel cognitivo. Una banda que progresivamente se ha posicionado dentro de la escena nacional y, en estos últimos años, están logrando consolidar el trabajo realizado con una discografía elocuente y consecuente con la identidad de la banda, prueba de esto, es que han participado en festivales como Metal Fest y ahora, en la reciente edición de Fatal Prediction.

Entreguen sus almas al dios rock ’n roll
Venom Inc. Nos trae los grandes clásicos de la banda, podríamos decir que es un repaso por lo mejor de su discografía, pero es más que eso, es una retrospectiva a cada una de nuestra vidas, a evocar fiestas, reuniones, callejeos, al ritmo de los riffs de Venom, es recordar las veces que dibujaste la cara de Satán en tus cuadernos, en la mochila o en tu chaqueta favorita (que nuca lavaste ni limpiaste), de todas las veces que en rayaste en alguna muralla “Black Metal” o alguna frase satánica, o de las cartas que le escribías a tu polola del colegio, en las que terminabas contándole que te ibas a la guerra con satán.
Venom Inc. comenzó con todo, Witching Hour abría las puertas del infierno de par en par, no para que salieran los demonios, sino para que nosotros, los demonios de la tierra, nos dirigieramos, sin preámbulos, al reino de la oscuridad.
Y así comenzamos nuestro recorrido hacia las profundidades del averno, primero atravesando un limbo colmado de almas culposas, sonando de fondo el bajo de Demolition Man, que nos hacía apresurar el paso con los riffs de Bloodlust, Come to me y War, para así llegar a las puertas del infierno, donde íncubos y súcubos nos coreaban Welcome to hell
Venom Inc, por supuesto presenta un setlit que incluye material propio de Venom Inc, sin dejar fuera lo más representativo de Venom, incluyendo clásicos como In Nominie Satanas, In League With Satan y por supuesto Countess Bathory y Black Metal.
Venom Inc. Que a pesar de haber tenido un show intimo en Warehous la noche anterior, no mostró signos de desgaste, más bien todo lo contrario, al día de hoy, mantienen el vigor y esa escalofriante actitud de frenético rock n roll, con tintes oscuros, demoniacos, que hicieron danzar a los demonios y brujas que asistieron a Teatro Cariola.
Se lamenta la ausencia de Mantas, por cierto que se entienden las razones y, por lo mismo, se agradece la determinación de Demolition Man y todo Venom Inc, que, a pesar de los imprevistos, cumplieron con su misión de echar abajo el teatro y llevarle cientos de almas a Satán.
Excelente Servicio. Los califico con 5 pentagramas.
Anoche, viendo a Venom Inc. Se pudo apreciar que existe una generación que, más temprano que tarde, mientras el resto se aprendía los pasos de alguna canción de moda, otros se amanecían en algún bar, en una plaza, sentados en alguna cuneta, o mejor aún, encerrados en su pieza, simulando que la escoba era una guitarra, gritando: BLACK METAL, BLACK METAL! Lay down your souls to the gods rock ‘n roll!
Eso es Venom, esta vez encarnado por Venom Inc. Es la música de nuestra infancia o adolescencia, dependiendo de los años que nos separan, es la banda que le puso el siniestro rock n roll, la lujuria y los excesos, a la oscura vida que llevamos.

El ímpetu y la perseverancia hecho Death Metal
Si yo tuviera sentimientos, podría llorar 3 días seguidos, escribir poesías sobre la vida, hacer metáforas sobre la muerte, extensos poemas sobre desilusiones amorosas o, simplemente, escribir los versos más tristes esta noche. Más solo puedo decir que: 2+2 es igual a 666 y, que la música de la muerte nos llena de vida
Jeff Becerra en el escenario; Euforia, diabólicas alegorías y, una blasfema emoción se apoderó del lugar.
Breve saludo de la banda y comienza la función. No more room in hell da inicio a Possessed en Chile, como queriéndonos decir que: Lo nuevo en Death Metal es lo nuevo de Possessed.

There’s a hole in my soul
And a dark in my heart
Think I’m losing my mind
There’s a pain in my brain
Damned – Possessed
“Hay un agujero en mi alma y oscuridad en mi corazón, pienso que estoy perdiendo mi mente, hay dolor en mi cerebro” DAMNED, segundo tema, también del último trabajo “Revelation to Obvlivion”, para dar paso a la vieja escuela. PENTAGRAM; Los gritos y el mosh, casi derrumbaron el recinto.
Seance, de su álbum Beyond the Gates, continuaban la función de música y horror, luego volvíamos al presente con The World, para ir a revisar, una vez más, el baúl de la vieja escuela y sacar una pieza de colección como es Storm in my Mind, de The Eyes of Horror.
Magia negra, blasfemias, el terror nublaba la mente y, Possessed, continuaba estrangulando neuronas con Dominion, como antesala de The Eyes of Horror, y así continuar en un viaje al origen del Death Metal. Tribulation sonaba para extasiar a las almas poseídas, a continuación Graven, todo esto antes de realizar el exorcismo.
Almas poseídas, riffs que en cada nota provocaban una actividad paranormal, la batería comenzaba a quebrajar el cielo; Jeff Becerra expulsaba 1.000 demonios por su boca en cada palabra que pronunciaba. Las condiciones lo ameritaban, era el momento perfecto para The Exorcist.
Apocalipsis, versículo 1 de junio de 2024: Entre oscuras energías, en la comisura del horror y la vida, se escuchan las primeras notas de The Exorcist, y cada persona que estaba presenta comienza a liberar sus demonios. Lo que ocurrió ahí no se puede describir con palabras, solo quienes estaban presentes y las criaturas que observaban desde las sombras, pueden dar testimonio de como se selló un pacto entre Possessed, Chile y el Death Metal, La diabólica trinidad del Metal extremo.
Luego de sellar la alianza, se podía dar paso a “Saludar al mal, liberando fuego y dolor”, Demon, sonaba para encausar a las almas que deambulaban en el culto al Death Metal.
El fin se acercaba, el destino sentenciaba nuestro final, nuestras almas debían descansar, como el ángel caído, Fallen Angel, lo hace en el infierno. Y, es ahí, en las penumbras del descanso eterno, donde debemos alzar las voces para exclamar Death Metal, un término acuñado por Jeff Becerra, para describir su estilo de música, pero finalmente terminó siendo las palabras que usamos para explicar nuestra vida.
Un momento de satánico recogimiento, de exaltaciones de todo tipo, entre cuerpos heridos, espíritus poseídos, y algunas almas enviadas al reino de Dionisio, no había más que hacer que arder en el infierno. Burn in Hell cerraba una ceremonia perfecta, que sació la sed de Death Metal de quienes asistieron, que a su vez, pudieron homenajear en vida al rey vigente del Death Metal, entregando todo tipo de muestras de afecto, alabanzas y agradecimiento a un ser humano, que ha demostrado que la actitud más metalera que puede existir, es doblegar el destino, ahuyentar a la muerte y seguir el sendero del Metal con ímpetu y determinación.
Gracias, Jeff.